En el corazón de las comunas 13 y 14 del Distrito de Aguablanca en Santiago de Cali, Colombia, una mano visible ha estado trabajando para superar las barreras que enfrentan los jóvenes afrocolombianos en su búsqueda de educación superior. Su nombre es Hayno Takir Murcia Quintero, un joven de 26 años con raíces en Guapi y líder social de la Fundación MACOAS, un movimiento afro-estudiantil que busca cambiar el destino de nuestras comunidades.
Takir Quintero, hace parte de nuestro II Fondo Juventud y Construcción de Paz, es estudiante de noveno semestre del programa de Administración de Empresas con énfasis en Negocios Internacionales de la Universidad Icesi, gracias al BBVA. La educación es una de nuestras grandes apuestas; creemos en el poder de los liderazgos juveniles y seguiremos potenciándolos.
Recientemente, participó en nuestro programa de prácticas junto a la IFC (Corporación Financiera Internacional) del Grupo Banco Mundial, la organización multilateral más grande del mundo, trabajando en el equipo de la Región Andina, para ampliar sus esfuerzos y llevar la inclusión educativa a nuevas alturas. Esta experiencia le ha permitido implementar herramientas y técnicas más sólidas en su fundación, asegurando que los jóvenes tengan acceso a recursos educativos, psicológicos y pedagógicos que les permitan continuar sus estudios.
La Fundación MACOAS se ha enfocado en cerrar las brechas educativas de la Ciudad de Cali, implementando programas de formación y capacitación para preparar a los jóvenes de estas comunidades para las pruebas ICFES, equipándolos con las herramientas necesarias para su desarrollo personal y colectivo. El objetivo es abrir más oportunidades, romper barreras y construir un futuro prometedor para las comunidades afrocolombianas, hasta hoy han logrando un impacto significativo vinculando cada seis meses a más de 60 jóvenes del Distrito de Aguablanca a la educación superior, específicamente a la Universidad del Valle
La educación para este joven se ha convertido en una herramienta clave que permite a estos jóvenes abrir sus propios caminos hacia el desarrollo y mejorar la calidad de vida de nuestros territorios, construyendo comunidades basadas en el futuro, donde pueden crear, modelar y diseñar un panorama a largo plazo que sea sostenible y próspero.
