Un elemento cohesionador entre las relaciones sociales existentes entre los seres humanos, es el lenguaje. Significativo, importante y relevante en todas las sociedades, es la forma primaria de entendernos y comunicarnos.
La palabra en su acepción básica es entendida como una unidad de la lengua que resulta de fácil identificación, tanto en el habla, lenguaje de señas o la escritura. El término deriva del latín parábola, que en la religión judeo/cristiana se relaciona con relatos en sentido figurado, que pretende por medio de analogías y simbolismos detallar algún tipo de vivencia con propósito de enseñanza y moraleja. Y es que desde que los seres humanos tuvimos la posibilidad de entender y dar significados a nuestras vivencias por medios de expresiones escritas o habladas, nos dimos cuenta de la inmensa posibilidad y el gran poder social, político y cultural que desde allí podíamos ejercer.
Esa poderosa posibilidad de generar impacto, se da desde la escritura de la formidable Toni Morrison, una de las pocas o muchas (dependiendo desde donde se mire) escritoras racializadas y reconocidas a nivel mundial. Toni fue una novelista, ensayista, editora de libros y profesora universitaria estadounidense. En medio de un ambiente literario profundamente patriarcal y blanco, donde los hombres dominan (y no todos los hombres) ganó el Premio Nobel de Literatura en el año 1993, siendo de esta manera la primera mujer afroamericana en recibir el premio, escribió a lo largo de su vida varios textos donde abordó de manera magistral con una mirada crítica y bastante política temas como el racismo, el género, la discriminación sexual, la inmigración, el patriotismo, el arte, la cultura, etc.
En sus escritos se evidencia cómo siempre el dar voz a quienes históricamente nunca la han tenido es recurrente, sus escritos nacidos en muchas ocasiones desde lo personal denotan su agudeza, pero también lo perspicaz y provocativo, propiciando en sus lectores algún tipo de llamado sobre temas muy comunes y cotidianos, pero a la vez intrínsecos. Un aspecto relevante en su escrito “La fuente de la Autoestima” entre muchos, es la relevancia que da al poder del lenguaje para darle forma a la compresión de nuestro mundo, un mundo que no necesita ningún tipo de presentación para quienes nunca lo han habitado de la mejor manera posible. El poder de lo discursivo en ella, pasa por la imperiosa necesidad de entender de qué manera operan esos entramados de opresión y subordinación en los cuerpxs feminizados, empobrecidxs y racializadxs, su lugar de enunciación como una mujer negra, racializada con el privilegio de estar en la academia y compartir sus escritos, la pone en un lugar de responsabilidad, porque es a través de estos que eleva las demandas y necesidades de todxs aquellxs seres que hacemos parte del “No Ser”, las vidas que no somos susceptibles de duelo por el simple hecho de no ser ni tan siquiera reconocidas como vidas vivibles.
El poder de la palabra, en este caso escrito pasa por la contundencia, la claridad, y sí se quiere por la radicalidad del mismo, cómo desde un ensayo, un artículo, una poesía y una novela generamos y exhortamos a quienes los leen desde el desventajado lugar de enunciación que ocupan, pero también, por la vehemencia en el llamado al empoderamiento desde la fuerza, y a su vez desde el amor y el respeto a sí mismxs y a lxs demás.
Morrison desde su pluma hace el llamado sobre lo peligroso y lesivo que puede resultar el racismo, sobre la fuerza ilocucionaria del lenguaje, sobre el poder que desde lo cultural atraviesa el arte e ineludiblemente lxs cuerpxs. La fuente de la autoestima al igual que muchos de sus escritos, ha tenido una influencia significativa no solo en la cultura estadounidense sino a nivel mundial, al ser ella una escritora de alto nivel. Sus libros han sido abordados por académicxs, activistas y artistas, han servido como fuente de inspiración incluso para otrxs escritores. Los mensajes de Toni son tan poderosos que sus escritos pasan por espacios académicos y entornos comunitarios para promover no solo la unidad tan importante en estos tiempos, sino para abordar debates sobre la comprensión de la raza, el género y otros temas.
El poder de la palabra escrita es una fuente importante de empoderamiento, de resistencia, transformación y lucha para aquellxs que no ven en su trasegar una luz al final del túnel, como escritorxs, tenemos la posibilidad de generar cambios significativos en la sociedad o de seguir perpetuando las estructuras hegemónicas de subyugación y opresión que ya existen. La escritura (al igual que la literatura) es un instrumento valioso para cualquier persona que quiera comprender el mundo que le rodea y marcar la diferencia, ese es el llamado que Toni nos hace.